Justicia Siglo XXI
- alislibreria
- 19 ene 2018
- 2 Min. de lectura

Me ha hecho gracia escuchar que al preso este que dieron por muerto en Asturias y que luego resulta que solo estaba cataléptico por la ingesta de unos barbitúricos con los que se había querido suicidar, le habían metido en la cárcel por un delito tipificado como “robo con fuerza reiterado”. Y digo que me ha hecho gracia, no por el hecho en si, que vaya susto para todos los implicados, sino, sobre todo, por el valor de los productos robados, así como 3,50 € de chatarra para revender.
Y claro te da por pensar y por comparar a este individuo con, por ejemplo Urdangarín. Por supuesto que nuestro buen Iñaki no ha saltado un muro de piedra jamás ( a ver si se va a manchar), con lo que lo del robo con fuerza queda descartado; él solo se dedicaba a los trabajos finos, concretamente en la sección de desvíos, y para eso, seamos objetivos, mucha fuerza no hace falta, solo tener agilidad en los dedos para manejar el ordenador, en la lengua para involucrar a sus amigos y una cara más dura que el cemento para maquinar el golpe (siendo rico).
En lo que si que coinciden es en la reiteración. Y aquí Iñaki sale peor parado, porque Gabriel fue a robar algo de chatarra y como pensó que no le había visto nadie, pues volvió a por más (que avaricia) y entonces es cuando le estaban esperando. Iñaki, sin embargo, desvió una vez, y como estaba seguro de que aunque le hubieran visto nadie iba a decir nada, fue otra y otra, y otra hasta que, al final, también le estaban esperando.
Y hasta aquí las coincidencias. Iñaki se ve obligado a vivir en una mansión en Suiza pasando grandes penurias, tiempo frío en invierno, no sabiendo decidir muchos días si tomar caviar o langosta para cenar y teniendo que jugar al padel con sus ricachones amigos para mantener el tipo. En cambio, Gabriel sigue en su suite con vistas (pocas) donde siempre hace buena temperatura, sin tener que preocuparse de su menú (tiene un equipo de nutricionistas a su servicio), con un equipo médico pendiente de él (ahora más que nunca) y sin tener que aguantar a los amigotes en el padel.
Y es que eso de robar, sea lo que sea, está muy mal; pero no hay comparación posible; donde va a parar; por un lado tenemos al peligrosísimo criminal Gabriel, que ha saltado un muro de piedra (con lo peligroso que es eso) y ha robado chatarra por valor de 3.50 € y el único daño provocado es un siete que se ha hecho en los pantalones al saltar. Por otro lado el elegante (traje de Armani) y bien parecido Iñaki, que solo ha desviado a su cuenta varios millones de euros de todos los españoles para poder irse de vacaciones a las islas Fidji y comprarse un palacete.
Así que Gabriel a la cárcel por 3.50 € (que me parece bien) e Iñaki a Suiza por millones de euros de todos (que ya no me parece tan bien).
Esta es la justicia 3.0 que los jueces se ven obligados a hacer cumplir en el siglo XXI.
Entradas recientes
Ver todoComo seguro que ya sabéis porque lo ha repetido hasta la saciedad en radios, televisiones, prensa, carteles en las calles, etc. mañana se...
תגובות