PULSO DE PODER

Pues ya está casi aquí el 1 de octubre, fecha maldita para unos y anhelada por otros. Sinceramente para mí es un mal día, y no por el dichoso referéndum con el que nos bombardean a todas horas, básicamente es porque los días uno de cada mes tengo que pagar un montón de cosas y mi cuenta bancaria y mi ánimo se ponen bastante tristes.

Pero bueno como todo el mundo habla de Cataluña pues yo también lo voy a hacer porque, pese a que no me guste hablar de política, si me gusta hablar de la estupidez humana, y aquí hay una cantidad de tontos por metro cuadrado como para asustarse. Yo no tengo una solución mágica para arreglar este problema por supuesto, pero creo algo falla si a lo que se dedican a jugar nuestros “maravillosos” gobernantes es a hacer que odiemos a Cataluña y sus gentes, y a lo que juegan los, igualmente “maravillosos” gobernantes catalanes, es a hacer que sus gentes odien al resto de los habitantes de España.

Y es que desde el lado catalán llevan años adoctrinando a sus niños sobre lo malos que somos en el resto de España; sobre que ellos y solo ellos mantienen económicamente al resto de los “vagos y poco productivos” habitantes de las demás comunidades; enseñando en sus escuelas solo una malintencionadamente manipulada historia de su región; imponiendo su idioma por encima del idioma de todos; vendiéndose al gobierno de turno por dinero y competencias que pudieran facilitar su afán aislacionista. Y todo ello lo han hecho a la chita callando mientras España andaba entretenida con el terrorismo secesionista del País Vasco.

Pero es que desde el lado del resto de España no se ha hecho mucho mejor; cierto es que no hemos adoctrinado a nuestros hijos en un odio acérrimo a los catalanes pero le hemos dado una singularidad a su historia que no tiene razón de ser, porque la historia de España no se puede entender sin la de Cataluña, País Vasco o Extremadura y al revés tampoco; igual por la idiosincrasia castellana o andaluza o astur no somos tan emprendedores y productivos como en Cataluña y la mal llamada picaresca (jeta sería un término más apropiado) sea un poco más llamativa, vamos que nos va más la juerga; les hemos dejado que nos puedan hablar en su idioma aunque solo por razones de educación se deberían dirigir a nosotros en nuestro idioma; y nos hemos vendido a sus exigencias monetarias y de competencia en aras de obtener poder político.

Ahora las posiciones están tan enconadas que yo no veo solución. Para los catalanes, empeñados en su idea de secesión a toda costa, la ley española no tiene jurisdicción en su territorio, y no piensan acatarla; y los diferentes gobiernos españoles que han “pasado” del tema durante años a ver si la cosa se iba diluyendo y ahora se dedica a perseguir policial y judicialmente a los cabecillas y que no sabe qué hacer si seguir comprándoles con dinero, castigarlos económicamente o reprimirlos en las calles.

Es curioso que en una época de globalización en que se tiende a estar juntos tener una posición más fuerte económica, militar o socialmente, esta gente quiera separarse pero en fin, doctores tiene la iglesia. También es realmente curioso que los principales artífices de este movimiento sean los movimientos antisistema que han entrado en el gobierno, que digo yo que si son antisistema, que coño hacen ahí.

Al final el que paga el pato de tanto “iluminado” por una y otra parte es el ciudadano de a pie que vive en Badalona o de Tordesillas y que solo quiere vivir tranquilo, llegar a fin de mes sin que ni unos ni otros le anden mareando y preguntándose por qué no podemos vivir juntos en paz.

Llegado el día D, mala solución tiene el tema. Solo espero que al tío Mariano no le de por mandar los tanques.