Hombres = Mujeres / Mujeres = Hombres

Uno ya no va a poder abrir la boca en este país de m. Y es que hay tantos grupos y grupúsculos diseminados por toda la geografía española y con una capacidad de sentirse ofendidos tan sutil que, digas lo que digas, aunque no quieras ofender a nadie, seguro que se sienten vilmente ultrajados e incluso se plantearán llevarte a los tribunales por injurias (está muy de moda la palabrita). Y encima ahora tienen como altavoz a un grupo político que, con tal de sumar votos, es capaz de defender toda aquella causa que, sea o no suya, les pueda reportar beneficios electorales.

El pasado miércoles se celebró el llamado “Día de la Mujer” algo que en mi opinión es una mala idea porque es una excusa para que estos grupúsculos puedan hacer oír sus chirriantes vocecillas . Por otro lado me parecería bien, aunque habría que cambiarle el nombre, desde el punto de vista de concienciarnos de que todos, hombres y mujeres, somos iguales y tenemos los mismos derechos (y obligaciones no nos olvidemos) junto con un rechazo radical de la violencia; pero desgraciadamente se está convirtiendo en un día para que las “bocazas” de turno revindiquen la supremacía de la mujer sobre el hombre, otorgándose todo tipo de derechos pero ninguna obligación y los “bocazas” de turno salgan presumiendo de lo feministas y modernos que son.

El tema está muy de moda, pero según oyes el tono en el que hablan de este tema en noticiarios, tertulias y debates, todos los hombres andamos por ahí violando y matando mujeres, aprovechándonos de su “debilidad”, abusando de nuestra “superior” posición para nuestro beneficio. En esos mismos debates y tertulias se aboga por una discriminación positiva hacia la mujer en detrimento del hombre (algo corroborado incluso con leyes). Evidentemente ya sabemos quién va a esos saraos a vociferar.

Yo personalmente intento tratar igual de bien, o de mal, a todo el mundo sin mirar su género y pienso que aquellos y aquellas (vaya chorrada esto de diferenciar los géneros) que vociferan en estrados, tribunas o platós de televisión solo les interesa el tema para alimentar su propio ego, para subirse a la ola de un tema que evidentemente está muy de moda, para favorecer sus propios intereses partidistas y para ponerse la medallita; y casi nunca para reclamar medidas efectivas contra esa desigualdad y contra la violencia (de cualquier tipo); a esta gente que de verdad luchan por la igualdad no se les oye demasiado porque sus voces están ocultas tras los gritos de los vociferadores.

Y por supuesto estoy a favor de que se instaure una legislación que establezca POR LEY que a igual trabajo, igual sueldo, entre hombres y mujeres, aunque estoy absolutamente en contra de la llamada “Ley de Paridad” que como su propio nombre indica es una parida (aquí siempre se le ha dado el mejor puesto al que mejor enchufe tenía, fuera hombre o mujer).

Muchos tachan este problema como la lacra del siglo XXI, y es importante, sin duda, concienciar sobre la igualdad de sexos; pero como decía Aristóteles “In medio est virtus, non in fines”, “En el medio está la virtud, no en los extremos” y creo que es ahí donde debemos posicionarnos sabiamente. Esta sociedad nos empuja a pisotear a todo aquel que no es como nosotros o a quien veamos más débil y ahí está el problema, los hombres se han ido radicalizando hacia un extremo y las mujeres hacia el otro, y desde los extremos es muy difícil entenderse y comprenderse.

Lo más triste es que hombres y mujeres que han permanecido, que hemos permanecido, en el medio, en el punto equilibrado, y que deberíamos marcar el camino del entendimiento mutuo, a menudo somos pisoteados tanto por los de un extremo como por las del otro porque la cuestión ha pasado de tratar de igualarse a tratar de imponer cada grupo sus deseos y hacer valer su supuesta superioridad.

Puede que mis ideas sean utópicas pero de todas formas nada seriamos los unos sin las otras, ni los otros sin las unas, así que estamos condenados a entendernos, tardemos lo que tardemos y pese a quien le pese.