De la buena educación en el Deporte
- alislibreria
- 8 abr 2016
- 3 Min. de lectura

El otro día estuve escuchando un programa en la radio llamado “Informe Robinson”, y es curioso pero, aunque este tipo Michael Robinson, siempre me ha caído muy bien por su templanza, por su manera clara de exponer las cosas y por buscar siempre otra perspectiva de la noticia, creo que no estuvo muy acertado en la elección del tema
Hablaban de que una empresa española ha creado un programa de formación en fútbol que se va a instaurar en todas los colegios chinos como asignatura obligatoria. La empresa te lo vende como una formación en los valores que se pueden fomentar a través del deporte; en este caso el futbol. Las autoridades chinas te lo venden como que van a potenciar este deporte hasta que dentro de unos años consigan ganar un mundial o algo parecido.
El caso es que me hizo mucha gracia oír que iban a educar en valores utilizando el fútbol. Y es que no hay nada que despierte nuestros más bajos instintos que el llamado “deporte rey”. Vaya por delante que soy un apasionado del deporte en general y del futbol en particular pero lo que se puede ver en un campo de fútbol, ya sea profesional, amateur o infantil, es absolutamente todo lo contrario a un decálogo de buenas maneras.
Si hablamos del fútbol profesional vemos que la llamada deportividad, las buenas maneras y los sanos valores que promueve el deporte, brillan por su ausencia en todos los aspectos. Pero es mucho más triste ver el panorama que hay en el fútbol base. Ya he dicho que me gusta mucho el fútbol en todas sus versiones, llevo jugando y viendo futbol más de 35 años, y he visto y vivido de todo, así que se delo que hablo.
El deporte como tal promueve unos valores más que saludables y enriquecedores pero hasta que llega el punto de la competitividad. Hay que ganar a toda costa y no importa quién este delante ni lo que tengamos que hacer para lograrlo. Da igual si estamos hablando de la final de la “champions” o de un partido de benjamines; si hay que pisar a alguien se le pisa y punto.
Y es que, el mejor jugador del mundo es solo uno, y los demás solo hacemos solo que podemos, que es más bien poquito. Y aquí me incluyo, siendo un apasionado del deporte he practicado muchos de ellos y nunca he conseguido ser ni siquiera regular en ninguno. He visto gente creerse lo mejorcito que se podía encontrar y tratándote como una mierda, a niños convencidos de que como son los mejores pueden comportarse en un campo como si fueran reyes y todo el mundo les debiera pleitesía, a padres que piensan que su hijo es el nuevo Messi o Ronaldo y se parten la cara con quien sea para defenderlo, a entrenadores de niños de cinco años haciendo convocatorias en función de la calidad futbolística del niño, a clubs excluyendo a niños por no ser “suficientemente” buenos, a padres pidiendo a gritos a sus hijos que agredan a un compañero, y muchas cosas peores.
Así que desde hace años me dedico a practicar deporte por diversión, no por competición y de esta manera el deporte si es enriquecedor y nos hace crecer como persona. Y claro que a veces hay roces con los compañeros, pero todo al final se soluciona con una “cañita” al terminar el partido y un rato de charla con los amigos. Y entonces SI es deporte sano.
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